Elegir cuando presentar una solicitud de patente, está influenciado por aspectos técnicos, legales y comerciales.
Aspectos Técnicos
En términos generales, esta nueva ley establece lo siguiente:
- Desarrollo de la idea a nivel de laboratorio o a una escala reducida, dependiendo de la naturaleza de invención ya sea por ejemplo una pieza mecánica, un producto químico o un proceso industrial.
- Con base en los resultados de la etapa anterior pasar a la siguiente escala, que podemos identificar como escala piloto, en el caso de la pieza mecánica a un tamaño mayor que se asemeje a una pieza industrial, en el caso del producto químico probar sus características y aplicaciones, y en el caso del proceso industrial probar cada una de sus etapas a dicha escala.
- En caso de que los resultados de la etapa anterior sean positivos, la siguiente etapa se refiere a la obtención de un prototipo para que sea probado a escala industrial.
- Finalmente, la última etapa es la prueba a escala industrial, en la que se tendrán los resultados definitivos respecto a la viabilidad de utilizar la invención a nivel industrial.
Los resultados en cada etapa sirven para determinar los aspectos técnicos y comerciales que caracterizan a la invención y son una retroalimentación para cada subsiguiente etapa.
Aspectos Legales
La consideración legal más importante es que los derechos de patente pueden perderse con la primera divulgación pública, uso público u oferta de venta o licenciamiento de la invención. En México se tiene un periodo de gracia de un año después de estas actividades antes de perder sus derechos de patente.
Desde un punto de vista puramente legal, parecería tener sentido presentar una solicitud de patente lo antes posible. En la mayoría de los países rige el principio de “primero en tiempo, primero en derecho” por lo que el mejor derecho es el de la primera fecha de presentación, por lo que con la fecha de prioridad de la patente se reconoce a la parte que presenta su solicitud de patente primero y no a la parte que inventa algo primero.
La presentación rápida de una solicitud de patente podría darle al solicitante una fecha de presentación antes de que salgan publicaciones o productos similares, mismos que podrían usarse en su contra durante el proceso de examen de novedad y actividad inventiva de la solicitud de patente. En consecuencia, una inclinación natural que tienen muchos inventores es presentar una solicitud de patente inmediatamente después de concebir una idea o con los resultados a nivel laboratorio.
Aspectos Comerciales
Desde una perspectiva comercial, apresurarse y presentar una solicitud de patente demasiado pronto es en realidad una idea equivocada. Es contrario a la intuición, pero esperar resultados de las etapas más avanzadas del proceso de desarrollo de la invención para presentar una solicitud de patente es casi siempre la mejor opción, en lugar de apresurarse para obtener una fecha de presentación anticipada.
Apresurarse para presentar su primera solicitud de patente también puede ser una pérdida de dinero. Por ejemplo, algunos inventores y empresas insisten en presentar solicitudes de patentes cuando su producto era solo un concepto general, pero una vez que comenzaron a obtener resultados de las etapas avanzadas del desarrollo de la invención tales como la obtención de un prototipo o los resultados de una prueba industrial y a hablar con clientes o posibles empresas que estén interesadas en explotar la invención, el producto cambió por completo y no se parece en nada a la idea original. Las solicitudes de patentes originales se convirtieron entonces en un costo irrecuperable innecesario.
Además, esperar el mayor tiempo posible para presentar la primera solicitud de patente aumenta la calidad de la protección que se obtiene para una presentación inicial. Por ejemplo, la prioridad (fecha de la presentación de la primera solicitud de patente) se tiene para proteger los aspectos que caracterizan la invención, los que realmente se describen en la solicitud de patente, por lo que presentar una solicitud de patente sobre una idea inicial amplia, generalmente tiene poco valor porque las características relevantes de la invención aún no se han desarrollado las que generalmente son la clave para la patentabilidad. En consecuencia, normalmente es mejor desarrollar un producto tanto como sea posible, es decir hasta las etapas de prototipo o prueba industrial antes de presentar una primera solicitud de patente.
Como se discutió anteriormente, se comienzan a perder importantes derechos de patente cuando hace una divulgación pública, un uso público o una oferta de venta o licenciamiento de la invención. Naturalmente, si está haciendo una presentación en un evento público, donde una grabación podría difundirse públicamente, será necesario presentar una solicitud de patente de antemano porque se considerarían divulgaciones públicas. Sin embargo, la mayoría de las presentaciones a los interesados en explotar la invención se realizan a puertas cerradas, donde al menos hay una confidencialidad implícita que hace que estas divulgaciones no pierdan los derechos de patente. De todos modos, es fundamental presentar una solicitud de patente antes de hacer pública la invención.
Dados estos factores para presentar y no presentar una solicitud de patente, la mejor estrategia para los inventores y las empresas es esperar para presentar su primera solicitud de patente el mayor tiempo posible, es decir cuando se obtengan los resultados de las etapas avanzas del desarrollo de la invención y por lo tanto se hayan definido sus características esenciales, pero asegurándose de presentarla antes de una primera divulgación pública, uso público, oferta de venta o licenciamiento, o reuniones con posibles empresas que estén interesadas en explotar la invención.
Una actividad que se recomienda es hablar con una organización especializada en la materia, para que pueda diseñar una estrategia de propiedad intelectual, que se adapte a los objetivos de los inventores y las empresas y para presentar una solicitud de patente cuando sea el momento adecuado. Además de asegurarse de saber qué actividades constituyen realmente una divulgación pública, un uso público o una oferta de licenciamiento o venta de la invención, para no perder accidentalmente los derechos de patente cuando no tiene la intención de hacerlo.
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