En los últimos años ha destacado la irrupción del término BLOCKCHAIN en medios digitales y redes sociales, pero ¿qué es?
El BLOCKCHAIN es un sistema informático de secuencia de bloques encriptados que contienen información organizada en registros, alimentando una base de datos conforme se añaden nuevos bloques.
Esta herramienta como modelo informático, es reconocida y asociada principalmente al ámbito financiero, sin embargo, al comprender la operatividad de un sistema de cadena de bloques se aprecia la posibilidad de utilizarlo para otros fines.
Sin entrar en tecnicismos, una cadena de bloques, en tanto tecnología que distribuye registros en bloques secuenciales tecnológicamente, permite asentar y recopilar información de diversa índole como transacciones, registros o cualquier dato en general, encriptando su contenido en bloques a través de códigos muy especializados, cuya credibilidad radica en su inalterabilidad, esto, gracias a que la formación de un nuevo bloque requiere la encriptación del anterior en la cadena, de modo que si uno es modificado repercute en toda la cadena posterior evidenciando la modificación.
Todo este mecanismo es consensuadamente cotejado por los diversos agentes involucrados en la red, ya sea global o privada, de manera que, si un bloque es modificado por su agente originario, otros participantes pueden tomar nota del cambio, ocasionando la pérdida de credibilidad de la información en el bloque alterado.
Si bien, la emergente propuesta del BLOCKCHAIN aún no se regula legalmente al punto de penalizar la modificación de bloques encriptados sin autorización, sigue siendo útil de manera práctica porque permite verificar que la información que no ha sido modificada y eso le da certeza, de manera que, algunos agentes del ámbito comercial han comenzado a implementar el BLOCKCHAIN en el blindaje de información privilegiada o confidencial en distintos ámbitos.
En el caso de la Propiedad Intelectual, el BLOCKCHAIN puede ser una herramienta de utilidad al permitir registrar diversos movimientos clave en el ciclo de vida de una marca, por ejemplo, o para el control de información confidencial o secretos industriales desde su creación hasta un momento determinado, ya que si se establece un primer bloque para encriptar la información relativa a las primeras transacciones comerciales efectuadas bajo una determinada marca o información, permitirá acreditar en futuros escenarios de litigio o la fecha de primer uso con base en la fecha de creación de dicho bloque, como complemento o alternativa a otras pruebas que son aportadas de manera tradicional en un procedimiento legal.
Asimismo, en bloques posteriores sería posible afianzar datos como alta de facturas, publicidad digitalizada, o bien, la información del historial legal como registro, renovación, licencias, franquicias, todo en el lenguaje o forma de datos que requiera el modelo de la cadena de bloques.
Si bien este sistema informático continúa en una relativa etapa de desarrollo comercial, sin ningún indicio de intención por regularla legalmente y con múltiples puntos de divergencia en la crítica respecto a la integridad, confidencialidad y seguridad durante su aplicación, sin duda vale la pena considerar su potencial para el futuro de la gestión de marcas, o en general, de la propiedad intelectual.
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